He leído en El País que Laurent Fignon padece un cáncer bastante jodido. Justo después de poner el punto final a sus memorias, un médico marcó su número para confirmarle que la bicha ya la tenía dentro. Cuando Fignon ganaba Tours, yo apenas tenía unos cinco años. Cuando perdió aquel Tour que casi ganó, acababa de cumplir diez. Así que no guardo un recuerdo mínimamente preciso. Lo mezclo todo. Creo que llevaba coleta y que apostó cortársela si no ganaba. Creo que escupió a las cámaras de televisión española. Creo que su malaleche, soberbia y orgullo -anfetaminas al margen- constituían su EPO en dosis concentrada. Me gustan los ciclistas como él. Ganó Greg LeMond por 8 segundos que han molido veinte años de Fignon. Aquel día, un amigo de mi barrio se ató al cuello un trapo con los colores de la bandera francesa, que él mismo había coloreado, y salió con la bicicleta a pasear por la calle Magallanes. Cuando no existían los bulevares, era la calle más importante.
Coctelería fina: Gimlet: 4/5 de ginebra, 1/5 de jugo de limón, una rodaja de limón, hielo y copa cóctel.
Coctelería fina: Gimlet: 4/5 de ginebra, 1/5 de jugo de limón, una rodaja de limón, hielo y copa cóctel.
15 comentarios:
El cáncer de Fignón es sólo una triste y sucia metáfora del actual ciclismo profesional. Los poemas épicos de aquellos Tours tan perdidos como Cipria y su Juicio de París.
Me agrada mucho ver un enlace a 'Rosa de Sanatorio', histórico y estimulante programa de radio del irreductible escritor José Luis Moreno-Ruiz.
amigo germán, sí, estamos jodidos en esto del ciclismo. pero tengo unas ganas locas de que empiece el tour...
y de leer esas memorias de fignon.
Sabes donde poner la lupa. Saludos.
Cálidas tardes de sopor y paisajes verdes. De dudas entre la playa y seguir viendo a los esforzados de la ruta.
Definitivamente, las bicicletas son para el verano.
amigo anónimo, muchas gracias.
amigo lector, definitivamente. quiero verte pronto.
Yo me alegré de que perdiera aquel tour. Tenía diez años más que tú pero todavía creía en los héroes como los ciclistas, como mi padre... Era un tipo arrogante. Ahora siento pena, como por cualquier persona que se enfrenta a la muerte siendo joven. El cáncer debe ser un tourmalet, una cuesta interminable y dura con un final terrible. Espero que cruce la meta y pueda leer su propia biografía en el llano de la vida. Un beso, amigo.
lo peor no es morir joven, es morir sin haber vivido, que no parece el caso de Fignón, me toca la fibra sensible, yo padecí un cáncer hace 10 años y aún siento la espada de Damocles cada día. Pero es que eso tiene la vida que te puedes morir en cualquier momento, así que a vivir, uy ese cóctel tiene buena pinta!!! y por cierto el tour me recuerda a una buena siesta !!!
amigo óscar, creo que me atraen los deportistas con cierta arrogancia. los buenos me aburren. además, no ganan casi nunca. o sus victorias son descafeinadas.
amiga coco, totalmente de acuerdo. la vida en directo por cnn+. ese cóctel es uno de mis preferidos. aunque no se puede abusar. te tumba en dos con dos.
Duro ese cóctel, a la par que fresquito. Supongo que ginebra Bombay Saphire...
Tienes fijación con los ciclistas condenados (léase Inopia quien no coincida conmigo). Este señor tenía la mirada de un francés del norte, el gesto de un francés del sur y la arrogancia de un parisino.
En definitiva, daba la impresión de ser insoportable. La muerte no lo convierte en bueno, ni tampoco lo hace más malo, pero ¿acaso la muerte ha sido alguna vez justiciera?
Cuando perdió aquella contrareloj, Pedro y yo volvíamos de Huelva en nuestro Opel Corsa, y en plena carretera nos bajamos a abrazarnos y saltar como locos. Lo genial fue que los que venían detrás sabían que saboreábamos una derrota, no celebrábamos la victoria.
Un fuerte abrazo, y veo que German veía mis mismos programas de radio.
amigo jaime, de ahí para arriba.
amigo pepe, es lo que tienen los deportistas así, que no te dejan indeferente. quizá lo celebraste con más intensidad que una victoria. menos mal que existen -aunque pocos- los ciclistas de esta naturaleza. espero que nos veamos pronto. ahora que llega la calor.
¿Y Zoetemelk? ¿Qué decir de Zoetemelk? Yo era de Laguía por aquel entonces, y vengaba sus derrotas a las chapas.
Amigo Juanma, a mí también me gusta veranear. Me gusta como acción y como estado. Ligüística y etimológicamente.
Un abrazo y a veranear, que queda poco.
amigo elhombreque, el año que nací ganó la vuelta a españa. por entonces laguía no era profesional. si la memoria no me falla.
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