domingo, julio 02, 2006

Tras las huellas del nadador


Primeras coordenadas. La casa del nadador podría estar a las afueras de la ciudad. Me atrevería a decir que más hacía el norte que hacía cualquier otro punto cardinal. Aunque, ciertamente, esto no me preocupa demasiado porque el musgo siempre tiene la última palabra y suele evitar el extravío del que decide dejar atrás el bosque. La casa del nadador es de naturaleza lírica y esquiva, y necesita de la palabra para la reconstrucción. Éste es un lugar raro.
Durante algún tiempo, me imaginé a su inquilino acondicionando la parte trasera de un olvidado almacén en un madrugador polígono industrial. Hoy esa idea se ha ido desdibujando en favor de otras más heterogéneas e improbables: una casa de tablones y clavos, un chalé de escritura dudosa, un apartamento con temblores en la Villa Olímpica, la parte más húmeda de un camping o una habitación numerada y con moqueta. Todas me parecen tan certeras como desencaminadas. Todas tan hermosas como ridículas. Así que en este preciso momento puedo escribir que no sé con exactitud dónde se erige la casa del nadador. La busco, eso sí, porque sé que dar con ella puede ayudarme a aclarar un poco más las cosas. Posiblemente, allí estén las fibras de algodón bajo las uñas de la víctima o la gota de saliva. En definitiva, la prueba incriminatoria que dictamine con contundencia qué, quién y cómo. Espero dar en cualquier momento con el contorno húmedo de la huella del nadador. Y para ello quiero contar con la colaboración del lector.
A la espera del hallazgo, puedo imaginar en qué irá convirtiéndose la casa del nadador, aunque resulte difícil determinar el color de sus puertas y ventanas, precisar el número de habitaciones y fijar sus límites. Por esta página, que simboliza esa búsqueda constante y que tendrá un sucedáneo en la Red, irán pasando desde episodios soportados sobre la pura invención, hasta artículos de opinión, críticas librescas, reseñas culturales, pataleos inconformistas o extractos fieles de la bitácora del nadador. Quizá una mezcla de todo ello sea lo recomendable. Porque hace tiempo que la realidad adoptó determinadas propiedades balsámicas de la ficción, y cada vez cuesta más distinguir a una de otra. En cualquier caso, la mirada del nadador pretende ser nueva y estar libre de cloro. Atenta y comprensiva con lo que le rodea. Para ello la palabra del lector va a ser indispensable, y ésta se va a canalizar a través de la página web www.lacasadelnadador.es. Desde allí los comentarios serán efectivos en la búsqueda y podrán pasar a formar parte de está misma página que ahora lee.

El verano se presenta pleno. Con España ya fuera del mundial de fútbol, las pasiones se moderan o acaban escurriéndose por el sumidero de alguna tristeza. Así que uno empieza a piropear la costumbre y canta a las vacaciones y a sus desayunos más holgados y proteicos. En el fondo, nadie recuerda con exactitud canalla las vacaciones del verano anterior –precisamente por un invierno severo-, así que se acaba haciendo con gusto lo que ya es todo un ritual: despertar mientras se cree que el vecindario duerme, volver a trazar la misma ruta de viaje, cargar el maletero de enseres, amenazar a los niños con un ‘todavía nos quedamos en casa’ y quejarse de que esa estación de servicio siga poniendo la misma insípida comida del año anterior. Aun así, el verano bien merece la pena. Y me atrevo a afirmarlo con mayor rotundidad si el destino del que hablamos es la costa de nuestra ciudad.
Es verdad que no ha salido todo como hubiésemos querido. Pero es que tenemos que reconocer que cuadrar lo que nuestros políticos tenían previsto en estas fechas es algo harto difícil. El clima invita a otros quehaceres menos austeros con el cuerpo. Sólo espero que los que vengan a pasar sus vacaciones aquí comprendan la situación y sean benévolos con nuestros dirigentes políticos, porque ellos también son víctimas de sus propios desmanes. Es así de triste y ridículo. Y si no, que se lo pregunten a la concejal que no va a poder disfrutar de su chalé a los pies de Sierra Nevada por un quítame allá esos metros construidos de más. O ¿es que las banderas azules que hemos perdido en algunas de las playas más emblemáticas de la ciudad no es pérdida que hagan suya?
En Cualquier caso, como digo, el verano se presenta pleno. Ya apuntan a ello determinadas adjudicaciones municipales un tanto dudosas; empiezan a aparecer los nombres de los que por ahora son conocidos de unos amigos de alguien que se ha visto salpicado por la ‘Operación Malaya’; la antigua estación de autobuses (by Guillermo Langle) albergará una enorme sección de charcutería; los políticos piden serenidad en el cruce de declaraciones con un argumento de peso: ‘no vaya a ser que acabemos diciendo lo que no queremos y tú y yo sabemos’; el concejal de urbanismo, que tiene aires de altura, hace tiempo que empezó a resultar cansino con tanta torre y centro comercial; y se inaugura el sarao de los candidatos y la precampaña electoral. Es cierto que esta nueva sección se presenta en un momento convulso. Pero es tan triste y plomizo el invierno que, aun así, el verano merece la pena. Sean bienvenidos a la casa del nadador.

Juan Manuel Gil

23 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues gracias entonces por la invitación. ¿Aquí que se puede beber?

Anónimo dijo...

…, por suerte, el verano también sabe a bocadillo en el parque, a risas en las terrazas, al salitre en la piel con olor a reencuentro, a atardecer apacible; el verano sabe a bienvenida y a barbacoa con tintes lorquianos, a Perseidas encontradizas y a tiempo que se escapa entre los dedos; sabe a sueños aplazados y sabe a nosotros. Por suerte, el verano sabe a algo más.

Anónimo dijo...

Seguiré la estela de este nadador que se adentra en el mar... del Alquián a quién sabe dónde...

Juan Manuel Gil dijo...

1.amigo paul, creo que la fórmula de la ginebra bombay tiene algo que ver con coriander, limón, angélica, cassia bark, orris, liquorice, juniper berries y almonds. Me he pegado la mañana en el monte en busca de plantas balsámicas. ¿Qué te parece si empezamos con un gintonic muy frío? espero verte por aquí a menudo.
2. tienes razón, perseo. por eso digo que el verano aún merece la pena. qué sería de él sin bocadillos de sobrasada, terraza de trasnoche, vecinos sentados en la puerta o profesores y alumnos de vacaciones. Bienvenido Perseo.
3. querido salva, espero ver por aquí tus brazadas. sé que eres nadador olímpico. un saludo.

Luna Miguel dijo...

de agua salada o dulce?

Anónimo dijo...

El náufrago, tras ver que su guía era inútil, decidió hacerse piscinero. Suerte en esta andadura bloguera.

Juan Manuel Gil dijo...

1.amiga luna, la sal está llegando a las piscinas. se cuela por cualquier grieta del filtro. hace tiempo que decidió instalarse en las juntas del gresite. bienvenida a tu casa.

2.gracias, juandedios.ya sabes, echa la toalla y pásate por aquí cuando quieras. espero tus comentarios sobre nuestra ciudad y su verano. sobrevives aquí. éstoy convencido de que serán del interés de todos.

Anónimo dijo...

Desde las lejanas tierras del Zapillo, cuna de grandes músicos, damos nuestra bendición a este blog

Juan Manuel Gil dijo...

amigo mario, los músicos son indispensables en esta piscina pública. sé que te leeré a menudo por aquí. un saludo con mucho cloro.

Anónimo dijo...

Se está bien aquí, con esta mezcla de olores tan viva: sal, cloro.

Lo primero que me hace pensar tu post es que donde antes yo cogía el autobús (esquivando al sempiterno yonqui de la mochila a quien nunca le alcanzaba el dinero para ir a Málaga)ahora sólo podré viajar hacia el colesterol, o más allá, en el alsina-graells de los lípidos y las grasas saturadas.

¿pedirá nuestro toxicómano ahora para un bocata de chopped?

beren dijo...

Desde el mar del norte intento seguir tus brazadas, aunque es verdad que no se nada igual que en nuestro Mediterráneo. Oero igualmente, ansioso estoy de ver la estela que dejas en el agua, que sabes que sigo, aunque siempre desde una barca motora, que ya sabes que el ejercicio físico y yo no nos llevamos bien.

Juan Manuel Gil dijo...

1.raúl,tu eres un ciudadano subacuático.nos alegramos de tenerte por aquí. sí, es así de triste, pero la antigua estación de autobuses (diseñada por el maravilloso arquitecto guillermo langle)ha cambiado los billetes, las consignas, las maletas y las madrugadas al resguardo por los carritos de la compra, las ofertas charcuteras y el zzzzzzz de las cámaras frigoríficas. bienvenido.

2. amiguísimo beren, tienes un bono para esta piscina olímpica. esperamos cada semana tu comentario desde el norte. ven en zodiac.

Anónimo dijo...

espero que en este piscina (deduciendo que lo sea por la mencion al cloro) se me deje entrar sin bañador (pero con pantalon) y encontrar alguna sombra o sombrita desde donde poder observarle en silencio y con la tranquilidad del verano.

Juan Manuel Gil dijo...

1.cristina, muchas gracias. tengo anotado lo del viaje a granada. estoy convencido de que hay muchos cuadros en tu estudio que tengo que ver. tenemos mucho de lo que hablar.
2.amigo fran, éste es tu sitio siempre que lo desees. espero poder contar con alguna de tus excelentes fotografías para alguno de mis artículos tanto en versión papel como digital. será un verdadero lujo.

Anónimo dijo...

vengo a darme un bañito y ver cómo está el ambiente en la piscina. Últimamente se me han anudado los dedos y no me salen ni cuatro líneas seguidas, a ver si aquí me desperezco un poco. Por cierto, si lo aprueba la parroquia para la próxima me traeré a alguna amiga que se anime a quitarse la parte de arriba

Juan Manuel Gil dijo...

junior,está permitido el topless lingüistico. afila esos dedos y date un chapuzón de vez en cuando. qué calentita está el agua de mi piscina cuando nadamos todos juntos...

Miguel Ángel Muñoz dijo...

Allí donde hay ahora agua fresca se apetece la visita, y más cuando la piscina tiene un amigo propietario. Bendita casa para benditos calores. Cuidado con el cloro.
Un abrazo.

Juan Manuel Gil dijo...

amigo miguel ángel, te espero cada semana en estas aguas. quizá aquí puedas probar si de piscina en piscina puedes llegar a tu casa.

Anónimo dijo...

La casa del nadador está pintada de frescura, llena de palabras que saben a certezas. Huele a posidonia tersa y verde que se cimbrea en nuestros fondos arenosos, transparentes. Su presencia es promesa de limpidez. Los perfiles, la sabia distribución de pilares y contrapesos la protegen de cualquier naufragio. Que la travesía sea larga...

Anónimo dijo...

muy bueno el de hoy Juanma.
Un día podrías hablar de los ingleses que vienen a España pensando que los españoles somos gente bruta, inculta, fácil de engañar...seguramente igual que nosotros miramos muchas veces a los marroquinos etc. etc. sin motivo, y a menudo sin razón. (motivo: problemas recientes con el "compañero coordinador" del estudio que nos estaba robando mientras iba de guay comunista. conclusión: he tenido que salir de alli pitando, no me gusta trabajar con historias raras..y cada vez me gusta menos)
un beso.

Juan Manuel Gil dijo...

[amigo anónimo, he pasado tu post a los comentarios del último artículo ('Bitácora del nadador'). allí tienes la respuesta. gracias]

Anónimo dijo...

Ir de vacaciones con tienda de campaña es una maravilla, quizás porque no sólo cambias de sitio, sino de maneras de vivir, de relacionarte con el espacio...todo, todo, y el último día se hace cuesta arriba, pensar en el piso es opresivo, agobiante, mustio. Pero, igual que cuando suena el despertador y necesito un motivo para levantarme más o menos amiga del mundo, pienso en el café y las tostadas...(ummmmm...me levanto, tostaditas calientes con aceitito)igual el último día de vacaciones pastoriles se alza un pensamiento que hace feliz el regreso: ummmm, la taza del water...sentadita, y sin que te rocen las hierbecillas en el trasero...Bueno, es que yo casi siempre hacía acampada libre, pero imagino que en tu camping había aseos, incluso duchas y puede ser que hasta piscina.

Juan Manuel Gil dijo...

[amiga cristina, he pasado tu post a los comentarios del último artículo ('Mis vacaciones'). allí tienes la respuesta. gracias por volver]