lunes, agosto 14, 2006

Mis vacaciones

Elegir destino

No es fácil escoger el destino vacacional. Uno se planta delante del ordenador y teclea nombres de ciudades, atajos económicos, itinerarios de interés, maneras de vivir, precios por persona y formas de pago, y se arriesga a que la puerta de la habitación se hinche hasta crujir y quede atascada de por vida. No es fácil escoger destino porque la experiencia nos demuestra que, aunque todo viaje es proteico y está altamente mineralizado, acostumbramos a meter la pata y planificar vacaciones planas y raquíticas que únicamente entienden el descanso en su horizontalidad.
Este año preparé una agenda de prioridades a la que prometí mantenerme fiel, independientemente del destino que me deparara. Coloqué cada uno de los intereses, condiciones, filias y fobias en celdas separadas a la espera de que diese en cualquier momento un resultado que pudiera recuadrar y discutir con el resto de viajeros. Y efectivamente así sucedió. A las pocas horas, habíamos acordado pasar una de las semanas de nuestras vacaciones en el Parque Natural de Cabo de Gata. A veces, las matemáticas nos deparan estas cosas: los resultados pueden estar a tiro de piedra.

El camping

Siempre que monto una tienda de campaña tengo la sensación de que podría vivir allí el resto de mi vida. Luego vienen las contracturas, la tortícolis, la claustrofobia y el calor mañanero. Lo que suelo hacer para combatir estos contratiempos físicos, es pensar en las hipotecas y sus intereses (no sólo en los económicos), y lo cierto es que suele darme un buen resultado. En seguida me pongo a maquinar dónde podría ir mi escritorio, mis libros y una colección de DVD que acabo de completar robando cupones de los periódicos de las cafeterías.
El camping que nosotros escogimos fue el de Los Escullos. Ahora, a toro pasado, tengo la sensación de que fue él quien trazó en el mapa la cruz que nos llevaba hasta su recepción. Después consiguió dotarnos del descanso, la tranquilidad y la cercanía que las primeras horas de la mañana y el mapa físico del Parque Natural nos ha ido exigiendo día a día. Este camping parece cobijar la amenazadora esperanza de toparte en alguna de sus calles con Roberto Bolaño sentado en el escalón de su caravana, tomando un café cuando quedan 30 segundos para que despunte el primer rayo de sol. Allí el silencio es tan sospechoso como ese vecino raro que siempre ordena las cartas de tu buzón. El camping de Los Escullos es un lugar que hace del viaje un buen estado de ánimo.

Rodalquilar

Creo que no es la Bienal de Arte Contemporáneo la que dota de vida a Rodalquilar. Es todo lo contrario. Si no fuera por la fertilidad de su color, las encrucijadas de sus calles, el esfuerzo de algunas de sus pendientes y la última pepita de oro que aún alberga en sus entrañas, la Bienal pasaría absolutamente desapercibida con un pulso débil y en estado de shock. Y este juicio no va en detrimento de la calidad de lo que allí se expone. Es, simplemente, el precio que tienen que pagar por exponer en uno de los lugares más hermosos del mundo. Quien durante estos días expone allí quizá sepa que su obra difícilmente alcance tal potencia en otro lugar. Los ojos del espectador irradian energía envueltos en la fiebre del oro que inocula su mina abandonada.

Los viajeros

La suerte de un viaje depende en gran medida de los viajeros. No todo va en la mochila por mucho que Labordeta intentara meternos todo un país entero. El grupo puede constituir una forma inteligente y atractiva de viajar, aunque nunca se puede descartar el envenenamiento, las infidelidades, los comentarios canallescos o que se te cuele una vegetariana en la tienda de campaña. Total, que viajar solo o en grupo es más bien una cuestión de fe.
Afortunadamente, el nuestro no incurrió en ninguna de estas malas artes -salvo el envenenamiento y resultó ser accidental y colectivo-. Practicamos el viaje en barco, el buceo a apnea, la huida en dirección contraria a las medusas, el avistamiento del zorro, el barranquismo involuntario, la gastronomía costera y el poder de la mineralogía. Sé que lo interesante para el lector es que algo de infidelidad se hubiera dado, pero, a día de hoy y que yo sepa, la cosa quedó más o menos en este inventario confesable.
Cuando se vuelve de los viajes, la primera sensación que te embarga es la de vacío. Una sensación rara e incómoda de tránsito. Algo parecido a lo que se debe sentir minutos antes de nacer. El día de regreso siempre trae alivio y nostalgia, tiene la apariencia crepuscular del último día de verano y pellizca y enmudece la perorata que nunca puedes dar en el momento de la despedida. Hay quien dice que se parece a la palabra pause escrita con una luz intermitente. Y, bien pensado, es muy probable que así sea.
[La casa del nadador espera tus consideraciones acerca del último día de vacaciones y sus alrededores]

Juan Manuel Gil

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Elegir destino: Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra...

El camping: Cuentan las lenguas sueltas (buenas y malas) que fue A.G. Porta el que realmente se desempleo como vigilante de un camping, con 16 o 17 años, y que, sólo unos cuantos después (circa1983), le contó sus experiencias a su amigo Roberto sentados ambos en una cafetería a medio camino entre Barcelona y Blanes, para que les costase la mitad a cada uno. Yo seguiré creyendo a Bolaño. Ahora y en la hora de nuestra muerte...

Rodalquilar: Un restaurante en los bajos de una casa blanca (hasta aquí pocas pistas). El mejor curry verde que he probado jamás. He comido seis tipos de curry. Dos de ellos de acabaron con mi vida de una manera fulminante. Los caminos del señor son inescrutables... (pero todos llevan a Rodalquilar)

Los viajeros: Los grupos de 1 ó de 2 personas. Una de ellas, como mínimo, siempre rubia. El resto, filisteos. Pocos serán los llamados...

Y, querido, ¿por qué me obligas a hablar del último día (¿el del juicio?) si a n no han comenzado, creo, mis vacaciones?

...y al séptimo día descansó.

Anónimo dijo...

Mi periodo de vacaciones se acaba y es cuando teno que regeresar al Parque Natural, o a sus límites imprecisos del levante. Esa suerte que tiene uno, viaja por bellezas a centenares de kilómetros y cuando regresa a casa tiene delante el cielo con más luz de Europa.

Así que a apurar de playeo y siesta lo que queda de mes.

Juan Manuel Gil dijo...

1.amigo paul, estoy pensando en reservarte de ahora en adelante el primer post de cada artículo de la casa del nadador.yo descubrí en rodalquilar el posiblementemejor restaurante italiano de españa. panpepato se llama. que viene a ser pan y pimiento. sobre el camping,se hace necesaria una mayor extensión. esto es una súplica. los viajeros en este caso fueron ramón david morales, alexis, maríajosé y gloria. Este año tus vacaciones tienen algo que ver con almería?

2.raúl, el otro día, durante mis vacaciones, volví a estar a la vera del algarrobico. las sensaciones que tuve fueron horribles. vegonzoso.
entre alguna de tus siestas, pásate por aquí y deja algunas líneas sobre lo que pasa por allí.

Anónimo dijo...

Ir de vacaciones con tienda de campaña es una maravilla, quizás porque no sólo cambias de sitio, sino de maneras de vivir, de relacionarte con el espacio...todo, todo, y el último día se hace cuesta arriba, pensar en el piso es opresivo, agobiante, mustio. Pero, igual que cuando suena el despertador y necesito un motivo para levantarme más o menos amiga del mundo, pienso en el café y las tostadas...(ummmmm...me levanto, tostaditas calientes con aceitito)igual el último día de vacaciones pastoriles se alza un pensamiento que hace feliz el regreso: ummmm, la taza del water...sentadita, y sin que te rocen las hierbecillas en el trasero...Bueno, es que yo casi siempre hacía acampada libre, pero imagino que en tu camping había aseos, incluso duchas y puede ser que hasta piscina.

Juan Manuel Gil dijo...

amiga cristina, piensas bien: en este camping había duchas, water, piscina y otros lujos con apariencia de flor silvestre. te animo a que claves tu tienda de campaña en el de Los escullos. no te arrepentirás. aquí tienes hasta las tostadas y el aceitito. el último día, si aciertas en la elección del viaje, suele ser duro. he viajado contigo.

Anónimo dijo...

Yo tenía que haber estado allí, me pase toda la semana patológica pensando que acertaba los número de la bonoloto que me permitirían dejar para toda la vida el centro de salud y ese mostrador eléctrico lleno de usuarios/as donde a golpe de horas salgo con la cabeza llena de puntillas, quizás en otro verano y en otra etapa de nuestra vida, quizás en otros coches y en otros barcos nos daremos un paseo por tu tierra. Ramón Demetrio.

beren dijo...

Yo sólo deseo que llegue el último día de mis vacaciones porque eso significa que habrán llegado. Pero hasta octubre no llegarán. Estos piscinazos consiguen darme unas bofetadas de nostalgia como pocas cosas. Gracias por devolverme cada lunes un trocito de Almería

Juan Manuel Gil dijo...

amigo ramóndemetrio, aquí quería leerte yo con nombre reconocido. durante el viaje, tres fueron las palabras que se pronunciaron sobre el resto:cuarzo, medusa y ramóndemetrio. en tu honor, aparcamos los coches de tal forma que quedó hueco para tu tienda de campaña -cuya compra seguro que esconde una nueva historia-. sé que tu ausencia física se debió a causa justificada, pero ya puedes estar dándo números y confeccionando listas de desesperación, porque el año que viene repetimos tour. idéntico. quizá sumemos algún parque acuático, viaje en canoa o buceo con bombona de gases varios. sobre mi escritorio espera 'Viaje infame a Cancún' (libro del que hice una superficial reseña en el artículo anterior). así que envíame tu dirección postal (por vía privada, claro). un favor: pásate por aquí cada semana y deja tus comentarios. merecen la pena. los nadadores te lo agradecerán. yo el primero.

2. beren, espero que tus vacaciones te deparen un viaje al sur. gracias por tus palabras. alimentan el ánimo en un mes difícil para sentarte frente a la turbina del portátil. espero como agua de mayo tu próxima entrega sobre el carné de conducir. la recomiendo a cualquier nadador que quiera remojarse los pies, las muñecas y la nuca.

Anónimo dijo...

El último día de verano se disfrazaba de sueño en el que desabrochaba los botones del vestido de aquella rubia, de orilla viuda castigándome los tobillos y de sosegada espera a la sombra de su lengua para disfrutar de los Rolling en Almería. Al final tuve que asumir su metamorfosis en pesadilla donde era el bueno de Mick el que se desabrochaba sus vaqueros para mostrarnos la parte más indigna de su anatomía mientras comparto sal y mantel con las medusas.
Un abrazo.

Juan Manuel Gil dijo...

amigo perseo,lamento que seas uno de los daminificados de garganta oxidada. un amigo dijo una vez: la vida que nos ha tocado vivir. y he grabado esa frase en la parte posterior de una esclava de plata. eché de menos tu cóctel en el post anterior. soy así de curioso: me gusta saber qué clase de veneno beben mis huéspedes.

Anónimo dijo...

A de Andalucía, A de Almería, A de acampar, A de amistad, A de abrazarse abiertamente compartiendo lo mejor...
Vuelvo a morderme los labios con dientes así de largos... Maravilloso tiempo para seguir creciendo. Encantadoras experiencias con las que habeís ocupado agradables días de verano.
Ojalá os acompañe en próximas aventuras y bajo una nueva luna anaranjada, amplia pueda bailaros: "Celi te quiero, Celi yo te adoro...!!"
Mogollón de besos sonoros para repartir entre el grupo, desde la Sierra Norte, lugar donde, por esos días, sólo quedó mi cuerpo.

Juan Manuel Gil dijo...

amigo, la vida que nos ha tocado vivir. estoy convencido de que estarás y nos atreveremos a saltar del barco en marcha. mientras tanto, podemos dedicarnos a visitar otros lugares por otras carreteras y otros trenes de larga distancia y cercanía.

Luna Miguel dijo...

y qué hago si mi viaje nunca acaba!!! juanma help

Juan Manuel Gil dijo...

si no acaba nunca, pásate de vez en cuando por aquí, por almería.las cosas van más lentas. tanto, que quizá puedas saltar del tren, charlar un rato con los viejos amigos y volver a subir antes de perderlo la primera curva.