viernes, septiembre 05, 2008

Inopia en Mercurio (19)


Justo un mes después del último post, La casa del nadador vuelve a la carga. Y lo hacemos con esta reseña sobre Inopia, firmada por el novelista Antonio Orejudo en la Revista Mercurio. Tengo que reconocer que cuando he leido el texto la sintomatología del sindrome postvacacional ha desaparecido. Ahora septiembre es otra cosa.
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FRAGMENTOS Y TRAMAS
ANTONIO OREJUDO

Inopia
Juan Manuel Gil
El Gaviero
Precio: 14 € ; Páginas: 130

Esta novela de Juan Manuel Gil (Almería, 1979), que ya se dio a conocer en 2004 con un excelente libro de poemas, Guía inútil de un naufragio, se abre con tres imágenes poderosas, tres fragmentos, tres sinónimos de Inopia (escasez, pobreza e indigencia), tres espacios en los que las personas acaban de desaparecer.Inopia, la segunda parte, el corazón del libro, trata de la desaparición. La sostienen cinco historias fragmentadasy entrecruzadas: la de Héctor, un escritor que se parece a Ray Loriga, y de su novia, Lola, a los que les gusta desaparecer pero al mismo tiempo seguir siendo vistos; la historia de Pier Paolo Pasolini, que desapareció a golpes; la de Marco Pantani, que desapareció a solas en un hotel; la historia de la cajera Carmela y el inmigrante Yassine, que desaparecen para dejar de ser invisibles; y la historia del bibliotecario Mateo Garcés, que desaparece por el sumidero de su propio sueño. A estas cinco hay que añadir otras tantas insertadas a lo largo de la narración, que se cierra con un breve fragmento, ‘Euforia’, el capítulo final.Pese a las apariencias, Inopia no es hostil a las tramas. Sin duda muestra una evidente insatisfacción con el relato lineal, pero no renuncia al argumento ni a la verosimilitud. Ni pierde de vista su naturaleza textual. Bajo su apariencia sincopada y rota hay una red de hilos sutiles, de redundancias, que van tejiendo la tela del texto. El puzzle que compra Sofía Carano para su hijo remite al puzzle-texto que nosotros tenemos en las manos. Italia, donde se localizan varias de estas historias de desapariciones, hilvana sucesos separados en el espacio y en el tiempo. La transparencia del joven que asesina a Pasolini es la piel transparente de Carmela cuando se une al cuerpo de Yassmine. Sangra el bibliotecario Mateo por heridas imaginarias, y sangra la Lola de ese patético Héctor. De hecho, en cita de Malcom Lowry que abre el libro está cifrada la estructura de Inopia, que comienza en el capítulo 100 y termina en el 0, como si el libro, a medida que avanza la lectura, se estuviera precipitando al vacío, hacia su propia extinción.Desde el siglo XIX la novela no ha hecho otra cosa que replegarse y ceder competencias. ¿Nuevas experiencias? mucho mejor las drogas. ¿Vivir otras realidades? mucho mejor los videojuegos o la realidad virtual. ¿Viajar a otros mundos? Para eso están las compañías aéreas de bajo coste. ¿Retratar un lugar o un personaje? ¿Traer a los ojos, como decían los retóricos, una atmósfera? Mejor comprarse una buena cámara digital, y colgar las fotos en nuestro blog. En los periodos, como el presente, de transición cultural y búsqueda, hay escritores que resisten y escritores que buscan. Buscan los temas que solo pueden ser tratados con palabras. Buscan en qué ámbitos la sintaxis supera a otros modos de expresión. Buscan la parcela que se les ha quedado tras ceder terreno a las nuevas modalidades de entretenimiento.Inopia busca. Bastaría con esto para destacarlo entre las mil novedades que se solapan las librerías. Pero no solo busca. También encuentra. Encuentra una narración rápida, veloz, minimalista, despojada de datos innecesarios, pero cuidada, que va directa al asunto; quizás la única manera de dirigirse hoy por escrito a nuestros contemporáneos. Y prefigura la que quizás sea la vía más adecuada para narrar, una vía a medio camino entre lo fragmentario y lo argumental. Tomar la agilidad y la potencia expresiva del fragmento sin renunciar al placer de la trama.


8 comentarios:

PEPE dijo...

Hola Juanma,

Sólo para saludarte porque no me da tiempo a leer el artículo. Me voy a Jaé en media hora.
Las vaciones bien, supongo.
Por cierto, estoy deseando que llegue el otoño.
Un abrazo y como siempre enhorabuena.

Pepe

Juan Manuel Gil dijo...

amigo pepe, cuando puedas, no dejes de leerlo. las vacaciones muy bien. suerte por jaén. hasta pronto, pues.

Anónimo dijo...

Revulsivo gaviero.

PEPE dijo...

Ya estamos de vuelta. De vuelta también al verano, al sopor de Almería, porque en Jaén el otoño se ha adelantado. En Zocueca nos ha llovido los dos días y el Rumblar bajaba cadencioso y profundo. Había barbos en los aliviaderos del río, en los remansos que se forman al amparo de los pequeños desfiladeros. No hay quien reprima el gusto de ver los ríos con agua.

El comentario del profesor es bello por sí solo. La mano que lo extiende no puedeo hacerlo de ninguna otra manera.
Coincido con el Sr. Orejudo en todo... Bueno, mejor me adhiero a lo que dice, porque él lo explica con la maestría que envidia el que no podría hacerlo así nunca -aunque claro, siempre me quedará Zocueca y el Rumblar-.
Yo te repito que en lo que a mí toca, disfruté mucho con tu libro, y lo voceo cuanto puedo. Es de recibo.
Un fuerte abrazo.
Pepe

LUZ dijo...

Hola Juanma!

me alegra ver que vuelves a la carga. Que tal ese viaje?? si fuiste por la Costa Azul, imagino que sublime. Yo finalmente a Asturias, lugar mágico sin lugar a dudas, y no lo digo por las xanas, cuelebres y trasgos (que los hay también), lo digo por sus gentes, su cultura viva, el ruido de sus bosques, los rios rebosantes de agua y truchas, los lobos, las rapaces, la niebla,.. en fín, que no me importaría vivir allí una temporadita.
Por cierto haciéndote caso me llevé un libro, uno que compré hace un tiempo y que aún estaba en un rincón de la librería envuelto en su plastiquito, "Entre limones" de Chris Stewart. La verdad es que no me llamaba mucho la atención pero fue empezarlo y engancha en la primera página. Trata de un inglés que va a vivir a la Alpujarra,le propio escritor. Aunque suene a tópico la verdad es que está bastante bien y es muy ameno.
Un saludo y buen septiembre.

el lector dijo...

No sé, si la sintaxis es el orden, desordenarla significa buscar uno nuevo?
Seguramente sí. El nadador es más revolucionario de lo que él mismo cree.

DRJ446 dijo...

Ya veo que hay cosas que no cambian, sigue habiendo mas noticias buenas de Inopia (y espero que esa nueva gira de presentaciones que ibas a hacer a partir de septiembre valla bien), te siguen alabando, y unay sigue puntuando en el mediterraneo, esta vez un poco mas injusto que las demás, pero, unay, es unay.



Un saludo, Damián.

Anónimo dijo...

Librería Cultural Sintagma:

Enhorabuena por el escrito de Orejudo y por el prólogo de Vila Matas