miércoles, junio 27, 2007

Cambios

'La casa del nadador' está a punto de cumplir un año. Y se avecinan cambios. Pretendo hacer un blog más dinámico y participativo; más fresquito para los meses de verano. Pero para ello me gustaría contar con tu opinión. Pinchando en el siguiente link y rellenando la encuesta que aparece me facilitarás las cosas. No te llevará más de un minuto. Muchas gracias a todos por este primer año de 'La casa del nadador'.

http://www.encuestafacil.com/RespWeb/Qn.aspx?EID=122284

2 comentarios:

Juan Manuel Gil dijo...

Los resultados de la encuesta se publicarán aquí mismo en unos días.(respetando, claro está,el anonimato). Gracias por vuestra colaboración.

Anónimo dijo...

El día 23 de junio asistí en Córdoba a una boda civil. Tuvo lugar en el Alcázar de los Reyes Cristianos. La ceremonía iba a ser oficiada por la alcaldesa, doña Rosa Aguilar, pero un compromiso fuera de la ciudad se lo impidió. Fue para todos una pequeña (?) desilusión. Pero el concejal que la sustituyó lo hizo muy bien: sus palabras introductorias y sus comentarios de verbo fluido dieron calidez a la frialdad del Código Civil. La intervención final de familiares y amigos de los novios convirtieron la ceremonia en un acto memorable. El padre del novio, tras unas palabras de afecto paternal, leyó un poema con voz trémula, pero firme. Se trata de un poema de amor (es natural) y de compromiso con la humanidad. Un poema de filosofía panteísta que, tal vez con excesivo atrevimiento, reproduzco a continuación:

"Siembra"

Cuando de mí no quede sino un árbol,
Cuando mis huesos se hayan esparcido
Bajo la tierra madre;
Cuando de ti no quede sino una rosa blanca
Que se nutrió de aquello que tú fuiste
Y haya zarpado ya con mil brisas distintas
El aliento del beso que hoy bebemos;
Cuando ya nuestros nombres
Sean sonidos sin eco
Dormidos en la sombra de un olvido insondable;
Tú seguirás viviendo en la belleza de la rosa,
Como yo en el follaje del árbol
Y nuestro amor en el murmullo de la brisa.

¡Escúchame!
Yo aspiro a que vivamos
En las vibrantes voces de la mañana.
Yo quiero perdurar junto contigo
En la savia profunda de la humanidad:
En la risa del niño,
En la paz de los hombres,
En el amor sin lágrimas.

Por eso,
Como habremos de darnos a la rosa y al árbol,
A la tierra y al viento,
Te pido que nos demos al futuro del mundo…
Miguel Otero Silva (De "Agua y cauce")